En la fabricación del papel se observan determinados y estrictos requisitos, articulados a través de los sellos de sostenibilidad FSC, PEFC, desde hace años. Las plantaciones de las que se extrae la materia prima para el proceso productivo del papel están certificadas para garantizar que los bosques son gestionados de manera responsable y sostenible.
Con el objetivo de reducir el agua, la energía y las emisiones asociadas al proceso productivo de la fabricación de papel, la industria explora opciones en tecnologías de fabricación y fibras alternativas.
Otros procesos en la fabricación de papel
En 2014, el proyecto Two Team* puso a funcionar una iniciativa en la que dos equipos europeos, formados por 34 técnicos y científicos altamente cualificados, se marcaban el objetivo de reducir el agua, la energía y las emisiones en el proceso productivo del papel. El resultado dio lugar a ocho conceptos tecnológicos innovadores que, desde entonces, se vienen aplicando a la fabricación del papel, a través de diversos consorcios constituidos alrededor de dichas tecnologías. Entre estas destacan:
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Biodisolventes bio-renovables
Las plantas, cuando se quedan sin agua, son capaces de producir su propio líquido a temperatura ambiente: dicho líquido, llamado DES o Disolvente Eutéctico Profundo, por supuesto, bio-renovable, tiene la propiedad de disolver la lignina a temperatura ambiente sin energía adicional. Utilizando esta tecnología, es posible disolver en lignina, celulosa y hemicelulosa cualquier tipo de biomasa con mínimos uso de energía, emisiones y residuos. El proceso es también perfecto para disolver las fibras y tintas en el reciclaje del papel.
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Supercavitación
Se trata de un fenómeno hidrodinámico que consiste en el principio de que, a grandes velocidades de un objeto sumergido, el fluido alrededor disminuye su presión drásticamente, llegando a evaporar el líquido y convirtiéndolo en gas. Así, el objeto se desplaza en un medio gaseoso, disminuyendo la fricción. En realidad, es un fenómeno natural que puede observarse en los pingüinos, por ejemplo, en las pequeñas burbujas que liberan de sus plumas y forman una película a su alrededor mientras nadan. Aplicado este principio a la fabricación del papel, las fibras tratadas y protegidas se suspenden en una solución viscosa que, una vez prensada, da como resultado el producto final, o sea, papel fabricado sin utilizar agua.
Otros materiales en la fabricación de papel
Pero el papel no siempre se ha obtenido a partir de la madera. Y teniendo esto presente, la industria también explora los materiales y mira atrás en sus orígenes para encontrar fuentes de fibras alternativas, como ya lo fueron en la historia del papel el propio papiro y el bambú o los pergaminos que se vinieron utilizando como base a la escritura desde la antigüedad. En efecto, la lignocelulosa es el principal componente estructural de las plantas y es, con mucho, el tipo más abundante de biomasa terrestre.
Algunos de estos materiales nos resultan conocidos, pero hay otros verdaderamente inesperados.
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Material textil en desuso
Las fibras procedentes de tejidos usados, en especial el algodón, desde los inicios del papel, han tenido una segunda vida en combinación con otras fibras y dan lugar a un papel especialmente resistente, de larga duración, que puede aplicarse en documentos que deban ser conservados en el tiempo o en billetes de curso legal.
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Plantas de crecimiento rápido
El bambú, distintos tipos de caña y el cáñamo ya eran usados para la escritura y la fabricación de papel desde de sus inicios, en China, hace alrededor de 2000 años y se utilizaron hasta el siglo XIX. Nuevos procesos permiten obtener fibra de celulosa de gran resistencia de la caña de azúcar y sus residuos, del kenaf o yute de Java, de la familia de las Malvaceae; esparto, sisal, sorgo, yute o lino son interesantes y abundantes alternativas para la producción de pulpa celulósica.
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Residuos de la agricultura
Algunos subproductos agroindustriales, como cáscaras de nueces, avellanas, almendras, pieles y pepitas de uvas, cerezas o aceitunas, pieles de cítricos y otras frutas como el plátano, paja de cereales, tallos de girasol, sarmientos de vid, restos de poda, y otros residuos de la agricultura que no se utilizan en biomasa, son fuente de fibras que ya se emplean para la fabricación de papel.
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Algas acumuladas en las playas
En las playas, las mareas dejan grandes cantidades de algas que han de ser retiradas y que nuevas investigaciones convierten en papel de calidad con los mismos usos que el papel convencional. En ciertos casos, esta tecnología ha contribuido a la solución de situaciones en que la abundancia de algas pone en peligro ecosistemas, como en la Laguna de Venecia o el Mar Menor.
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Excrementos de herbívoros
Las heces de los herbívoros como vaca, burro, caballo…etc, contienen una gran cantidad de fibras procedentes de las plantas y frutos que forman parte de la alimentación de estos animales. Mediante procesos de limpieza y filtrado, ya hay empresas que ayudan a resolver los problemas de gestión de heces en explotaciones ganaderas, fabricando y comercializando papel de alta calidad. Y, por supuesto, inodoro…
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Piedras
El papel de piedra, fabricado a partir de minerales y cuyo principal componente es el carbonato de calcio, mezclado con una pequeña proporción de resina es, entre otras cosas, impermeable y duradero.
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Cuero
A partir de los deshechos del proceso de fabricación y confección del cuero, algunas empresas fabrican un papel que se destina a la impresión de calidad y el embalaje de lujo, reciclable y compostable, que recuerda el pergamino.
El futuro del papel está garantizado, tanto en sus procesos como en sus materiales, a través de las numerosas alternativas para su fabricación en toda la amplia gama de productos de gran demanda que, desde siempre, dan respuesta a nuestras necesidades.
*Proyecto paneuropeo TWO TEAM, de la Confederación Europea de Industrias del Papel (CEPI), en el que participa ASPAPEL (Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón).
Imágenes:
Museo della Carta di Pescia - Img. Michela Ostera
Mapa de papel - Fangmatan Tianshui in China's Gansu - 2nd century BC